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Dentro del apasionante mundo de los concursos para experiencias educativas, hay uno que tiene cierta solera : el concurso de Buenas Prácticas Educativas organizado por la asociación "Mejora tu escuela pública" (https://www.mejoratuescuelapublica.es). No soy mucho de competiciones, pero la posibilidad de que los Akumas salieran en un mapa nacional tenía cierta gracia, así que envié el proyecto. Por supuesto, no hubo nada que hacer, pero bueno, ahí estamos. Lo gracioso del asunto y que me lleva a plantearme que quizá no me expliqué bien, es que la experiencia ha sido calificada como "digital". ¿Veis el localizador color marrón en el IES Valle del Jiloca en la foto? Un proyecto de gamificación que no utiliza TIC es digital... ajá, me pregunto si alguien se leyó la memoria o los términos "FP" y "anime" asustaron ya de entrada. No importa, me encanta que el proyecto mantenga el surrealismo aun después de su finalización.

Esto es como el "Buscando a Wally".

Si pincháis en el localizador del IES Valle del Jiloca, podréis acceder a una carpeta de Google Drive en la que se encuentra la memoria del proyecto y algunos materiales (https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1X2gZ2KmsSldzsxEUk_uybMjl0SEv46Iu&ll=38.79245988530603%2C-5.321746991883742&z=5). Como estamos en veranito y ya estaréis cansados después de todo un año domando fierecillas en clase, os incluyo el enlace directo y así trabajáis menos:

Creo que me meteré en algún que otro lío con Akuma Survival en los próximos meses, pero ya os contaré cuando llegue el momento. Por lo pronto, a terminar el curso y a disfrutar del verano. Yo tengo una larga lista de mangas, manhuas y manhwas que leer... a la sombra, eso sí.

Cuando me planteé, allá por las Navidades de 2017, embarcarme en un friki-proyecto con mis alumnos de Formación Profesional, no me podía imaginar que, año y pico después, siguiera hablando del tema. Pero cuando te surge la oportunidad de enseñar las cosas que haces a futuras generaciones de profesores, es imposible resistirse a la tentación de poner a prueba tu proyecto.

"Del aula al Máster" es un programa del Gobierno de Aragón que permite a docentes de Educación Secundaria y Formación Profesional mostrar sus proyectos de innovación a los alumnos que cursan el Máster de Profesorado y que serán nuestros compañeros en un futuro muy cercano. El programa "Del cole al grado" hace lo propio con maestros de Educación Infantil y Primaria y alumnos de Magisterio. La idea es eso tan necesario de acercar la realidad de las aulas a los futuros docentes.

En mi caso, la audiencia estaba compuesta por alumnos que impartirán distintas ramas de la Formación Profesional y que desconocían el tema de la charla. Cada vez que hablo de Akuma Survival y proyecto el video de presentación a compañeros docentes, las reacciones suelen ser de "madre mía, ¡qué friki!" o "¿en serio se hacen estas cosas en la FP?". En esta ocasión, las caras de no saber qué estaba pasando fueron más exageradas. Os dejo una recreación de lo que vi:

Recreación de la reacción de los alumnos del

Máster durante la charla.

Cuando tu único contacto con el mundo docente han sido unas breves prácticas en un instituto, y todos hemos pasado por esto, tu idea de lo que es este trabajo y la realidad son muy diferentes. Si, además, piensas dedicarte a impartir Formación Profesional, la cantidad de mitos y leyendas urbanas que te tienes que quitar de encima es mucho mayor.

Tras media horita de exposición del proyecto, comenzó el bombardeo de preguntas, y de las que me gustan, de las que tiran a dar tipo "pero... ¿Esto lo ha hecho algún otro instituto? o "¿Y tus compañeros de Secundaria que opinaban de que hicieras este proyecto"? Como la cosa se estaba poniendo intensa (e interesante), decidí preguntar al tutor de estos angelitos si podía ser políticamente incorrecta y, tras obtener su aprobación, allá que fui. La charla terminó derivando en lo que se van a encontrar cuando sean profesores de FP y en las tonterías que abundan tanto en el terreno de la llamada "innovación educativa". Una hora larga de debate en el que tocamos palos como el de las oposiciones, el absurdo miedito de la FP Básica o la incomprensible manía de la gente por huir de los centros ubicados en el medio rural.

No sé si los asusté o los motivé para ser profesores de FP, pero eso ya depende de ellos; si la idea de este programa es que los alumnos del Máster conozcan lo que se van a encontrar, se fueron bien servidos. No quiero que mis futuros compañeros se queden con la idea de que profesores y maestros estamos todo el día dándole a la innovación, también tenemos días tranquilos en los que nos dedicamos a impartir clases de toda la vida. Yo me he ofrecido para volver al año que viene y seguir dando la brasa a nuevos incautos. Veremos...

Justo cuando pensaba que no volvería a sacar a pasear a mis Akuma, recibí la sorprendente noticia de que mi friki-proyecto había sido seleccionado para su presentación en el I Congreso Iberoamericano de innovación docente. Lo de ser ponente en un congreso da un poquito de vértigo, pero cuando te paras a pensar que vas a contar a gente de numerosos países cómo trabajamos en la escuela rural aragonesa, no puedes evitar sentir cierta responsabilidad. Que no diré yo que es como ir a Miss Universo a representar a tu país, pero vamos, que casi, casi.

El evento iba a tener lugar en Algeciras durante el puente de la Constitución. Me ahorraré contaros los problemas que me pusieron inicialmente ciertas personas de la Administración para darme permiso y poder viajar el día 5 de diciembre (el congreso empezaba el 6 a las 9 de la mañana). Al parecer, la presión de las altas estancias educativas para que hagamos proyectos de innovación no va acompañada de facilidades para poder exponer tu trabajo, pero en fin, son de esas cosas que no tienen explicación ni la tendrán. Como el misterio de por qué a ti las croquetas no te salen como a tu madre. Afortunadamente, alguien se dio cuenta de que el teletransportador de materia todavía no se ha inventado y que Algeciras está a "una tiradita" de Zaragoza (en concreto a un tren y un autobús, más los dos autobuses que me separan de la estación) y firmó el correspondiente permiso.

Podría hacer una crónica exhaustiva del congreso para rememorar mi pasado como periodista, pero qué queréis que os diga, me da mucha pereza. Presencia española, escasita, o se escondieron muy bien (salvo las grandes figuras); yo, la verdad, preferí compartir mi tiempo con gente de México, Chile, Venezuela, Brasil, Argentina, Perú, etc. y aprender cómo está el temita de la educación en otros países. Si las ponencias fueron enriquecedoras, las pausas para los cafés y las comidas, aún más. La sabiduría que se despliega en los bares siempre es un excelente complemento a cualquier evento educativo.

Pero vayamos a la ponencia. Me tocaba exponer en penúltimo lugar, el último día y, como no podía ser menos, algo pasó. Llevábamos tres días de congreso muy tranquilos, así que advertí a mis compañeros habituales de que algo sucedería antes o durante mi ponencia. "Es marca de la casa" les dije, pero claro, no me creyeron. Como somos gente muy organizada y yo quería asistir a la ponencia de un compañero chileno, enviamos a un explorador a la sala en la que yo tendría que exponer, mientras yo permanecía en otra sala para ver a este profesor. Nos comunicábamos a través del móvil, "¿como va?, bien, bien, aún no te toca". A los diez minutos de empezar la charla del chileno, se abrió de golpe la puerta y entró nuestro explorador venezolano haciendo aspavientos para que saliera corriendo porque "ya te toca". Al parecer, el primer ponente había fallado y las charlas se habían adelantado media hora. Salí literalmente corriendo, tras mirar a mis compañeros con una expresión de "ya os lo dije" y llegué jadeando a mi sala, pidiendo disculpas por el retraso. Una entrada triunfal, vamos. Tras recuperar el resuello y como nada podía mejorar esa primera mala impresión, saqué la artillería pesada. "Me llamo Carolina Rodríguez y soy veterinaria, profesora de FP y otaku. ¿Hay algún otaku en la sala?". Pues los debía haber porque mucha gente empezó a reírse y a asentir con la cabeza. Sorprendentemente, existen otakus encubiertos en la comunidad educativa latinoamericana. A partir de ahí, a contar cómo monté un proyecto de gamificación sin apenas medios tecnológicos y lo mantuve seis meses en pie.

Dos cosas que me hicieron ilusión en la ponencia. Uno, que el humor "somarda" aragonés es perfectamente comprensible por gente de otros países; dos, que un profesor español vino expresamente a la charla, pero como se adelantó, se la perdió. No me alegro de que se la perdiera, pero eso de que vengan a verte, pues hace ilusión. Tontica que es una. No sufráis, nos fuimos a comer todos juntos y lo puse al día con el proyecto.

Os pondría alguna foto de la charla, pero entre que me estoy especializando en dar charlas en cuevas y que mi exceso de expresividad hace que las imágenes salgan un pelín movidas, no va a ser posible. Para compensar, os dejo una foto de la inauguración del congreso con el cartelico detrás.

El alcalde de Algeciras inaugurando el Congreso.

Pues hasta aquí la aventura algecireña. Desconozco qué futuro le espera a Akuma Survival, puesto que este año no he podido seguir con el proyecto, pero si tiene más recorrido, os enteraréis por aquí.

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