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El enigma de las recompensas (II)

  • Satomi Motoko
  • 24 abr 2018
  • 2 Min. de lectura

Si habéis visitado la página de "Recompensas" os habréis encontrado que para el tercer trimestre hay unas armas que se entregan tras completar los retos individuales. Por cada prueba se pueden conseguir hasta dos armas de cada tipo si el número de fallos es inferior a lo establecido por la sensei. ¿Por qué dos? Pues porque hay que tener recambio. Imaginad que estáis en plena pelea con un Akuma y se os parte el sai por la mitad. Se os queda cara de tonto, el demonio se ríe en vuestra cara, en fin, que no es plan...

Por otro lado, hay unos objetos que se ganan en las batallas de equipos. En esta etapa del juego no hay beneficios a disfrutar en clases. La suma de todas estas recompensas componen un kit propio de los shinobi médicos que puede utilizarse durante la Batalla Final y que implica una ayuda para derrotar a los Akuma.

  • Píldora de soldado: es una pastillica que te ayuda a reponer el chakra perdido y te permite luchar tres días y tres noches sin descanso.

  • Houtai: porque un botiquín debe llevar vendas.

  • Técnica "bisturí de chakra": esta técnica permite a su usuario dar la forma de bisturí a su chakra, lo cual es muy útil si hay que realizar alguna cirugía de urgencia en mitad de la batalla o defenderte contra el enemigo. Os dejo una imagen para que os hagáis una idea.


Úsese poniendo "cara de intenso".


  • Bolsa médica: para llevar el material.

Por cada prueba de equipo se puede ganar uno de esos objetos; además, el equipo que realice la prueba en menos tiempo, puede ganar una píldora de soldado extra. ¿Qué implica esto? Bueno, la recompensa consiste en lo siguiente (dejo el mundo shinobi y abro paréntesis académico): en la Batalla Akuma Final habrá una pregunta con varios apartados o subpreguntas. Si un shinobi ha reunido todos los objetos, tendrá seis posibles apartados de los cuales deberá responder obligatoriamente a cinco. Si tiene dos píldoras, tendrá siete posibilidades, tres píldoras, ocho, y así sucesivamente. Es una recompensa muy jugosa y la cosa está muy reñida. En una de las pruebas solo ha habido seis segundos de diferencia, así que os podéis imaginar... Para dar más emoción al asunto, como ya adelanté en su momento, las batallas desafían el tiempo y el espacio. Como cada semana tengo a un equipo en el campo de entrenamiento, el resultado de las batallas tarda en conocerse.

No queda nada para finalizar esta historia y mis shinobi siguen lanzándose como fieras a los retos que, por supuesto, cada vez son un poco más complicados. No sabemos qué nos depara el futuro, esperemos que la victoria, pero sí sabemos que ha habido numerosas bajas. Quiero dedicar esta entrada a las decenas de chinchetas que anclan nuestro Muro de Honor al ídem y que han entregado sus vidas intentando que las cartulinas con los avatares y las recompensas se mantengan en la pared de clase. Si hay un Apocalipsis, sobrevivirán ciertos insectos, Jordi Hurtado y esa pared cuyo misterioso material de construcción escupe chinchetas introducidas a golpe de martillo. Descansen en paz.

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